Nuestra primer portada

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Revista "Madre Tierra"

jueves, 29 de diciembre de 2011

LA DANZA DEL MALAMBO


Gonzalo Molina
2011
Molina, Gonzalo
Pcia. de La Pampa


El zapateo en los bailes tradicionales

La mayor�a de nuestros bailes tradicionales incluyen en sus coreograf�as, una figura que se conoce con el nombre de ZAPATEO, que realiza el hombre y es correspondido por el ZARANDEO de la mujer.
Es en el momento del zapateo cuando el hombre se expresa en su propio lenguaje, manifestando las intenciones que lo animan: agradar, simpatizar y finalmente conquistar a su compa�era.
Al zapatear sus mudanzas (serie de movimientos que r�tmica y acompasadamente se ejecutan con los pies y tienen una duraci�n fija), lo har� observando una actitud galana hacia ella.
Cabe aclarar que LA MUDANZA, es una serie de movimientos que acompasadamente se ejecutan con los pies y tienen una duraci�n fija.
Tambi�n nuestros gauchos las llaman posturas. En la terminolog�a t�cnica de la danza se le dice "figura". Estas figuras se logran a trav�s de desplazamientos y percusiones de los pies.
La percusi�n de los pies tiene antecedentes milenarios en China e India, donde hasta son mencionados en el Cor�n, en el Mahabarat� y en los proverbios de Lao Ts�.
Entre los nativos de Africa, tomando la totalidad del continente, encontramos dos formas t�picas de llevar el ritmo: el movimiento del cuerpo y el movimiento de los pies.
En los pueblos primitivos de Europa, menciona Bouchar danzas individuales ejecutadas con los pies por los Celtas, los �beros, Visigodos.
A lo largo de la historia de las danzas, encontramos dos elementos siempre ligados para llevar el ritmo: el palmoteo y zapateo.
Como conclusi�n podemos sacar que antes de la invenci�n de los instrumentos m�s rudimentarios, eran las manos y los pies los elementos que marcaban el ritmo.
Entre los Incas era com�n el zapateo en la danza de los mineros, entre los Araucanos en la danza del comaruco, entre los Guaran�es, en numerosas danzas y ceremonias.
En todas partes el zapateo adquiri�: formas espec�ficas, modalidades propias y acentos regionales, caracter�sticas del medio circundante, del clima y del lenguaje, han influido notablemente sobre la sincronizaci�n de los tiempos r�tmico-musicales.
De este modo: el zapateo expresa un ciclo completo, de una serie sonora, por ejecutantes natos de cada regi�n.


El Malambo

Nuestro hombre zapate� por razones muy poderosas: la soledad, el aislamiento y la necesidad de expresarse. Fue la forma de sobrevivir, canalizando de alguna manera la energ�a f�sica y espiritual.
Anim� as� las horas de diversi�n, de descanso y dio prestigio a los m�s esforzados y h�biles zapateadores.


Clasificaci�n

El Malambo, es la danza que el hombre s�lo hace con los pies, en la menor superficie posible, una serie de ciclos de movimientos llamados mudanzas. Es entonces una danza individual, la principal y m�s difundida en Argentina.
Para que un zapateo pueda ser considerado como tal, es necesario que produzca mudanzas en serie.
Cada mudanza es una totalidad inconclusa que tiene sus reglas internas.
Sobre la base de un pie menos m�vil y a veces hasta quieto, el otro pie realiza una serie de movimientos juego r�tmico con bastante libertad y amplitud. Inmediatamente debe cambiarse la funci�n de cada pie. As�, cuando el ciclo que se inici� con la derecha, se ha reproducido con la izquierda, la mudanza se completa y termina.
Hay mudanzas simples con una sola combinaci�n de movimientos, que se repite varias veces y mudanzas complejas (dos o m�s combinaciones integran la figura).
El cuerpo del zapateador no interviene, los brazos no son un complemento de la danza, toda la atenci�n se concentra en los pies.
Un bailar�n s�lo hace oir una serie de f�rmulas r�tmicas mediante golpes que da contra el suelo principalmente con la planta, con la punta de y con el tal�n.
La m�sica no tiene una medida o cantidad determinada de compases, depende de la duraci�n que le de el bailar�n a "Su Malambo".
Seg�n el investigador L�zaro Flury, El Malambo en nuestro pa�s tom� las caracter�sticas propias de dos regiones bien definidas: Norte y Sur. El medio f�sico y el paisaje influyeron sobre la elaboraci�n y desarrollo de las figuras.
Dicho autor explica, que el MALAMBO SURE�O O PAMPEANO, es fiel exponente de su paisaje y si hobre, rito de introversi�n ante la soledad circundante y la amenaza permanente del desierto. Suave como las tardes misteriosas, o henchidas de luz como los amaneceres radiantes, pero siguiendo siempre un curso evolutivo que es el del sol como sus mutaciones graduales, mezclado con los golpes del paso, trote o galope del caballo.
M�stico, filos�fico, el malambo sure�o o pampeano habla en voz baja, a trav�s de los malabarismos de sus pies, en un lenguaje que solamente sus hombres comprenden, porque es la explicaci�n sonora a sus interrogantes sentimentales y filos�ficos.
El MALAMBO NORTE�O en cambio, se forj� en otro clima y paisaje. Es el monte y la monta�a, con sus cambios de forma y ruptura del horizonte, influyendo sobre su ritmo los antepasados abor�genes. Por eso, es m�s r�pido, m�s s�lido y sigue el desplazamiento de los remolinos. M�s sonoro en gran parte por la influencia de la bota de taco, trata de sustituir los golpes del parche del bombo. Es �nico del hombre norte�o, que ha creado sus figuras y las distintas combinaciones.

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